Mont Blanc, diario de una tragedia

CLUB ALPINO ASTURIANO

Mont Blanc, diario de una tragedia

Mont Blanc diario de una tragedia

El lunes 13 de julio de 1953, un grupo de ocho españoles llegó a la estación de Chamonix después de un largo viaje de 24 horas en tren. La expedición estaba compuesta por los vascos Enrique Bacigalupe, Alberto Besga, Alfonso Hervías, José María Peciña, Carlos Ugarteche, Manuel Yanke y el matrimonio cántabro formado por Carmen Sánchez y Julio Casal. Armando Cortezón, inicialmente parte de la expedición, no pudo unirse debido a su reciente paternidad.

A su llegada, pasearon por el centro, impresionados por la variedad de botas, ropaje o libros de montaña disponibles en los comercios. Después de comer en el Bistrot des Sports, se dirigieron al campamento cuatro para montar sus tiendas. Luego, regresaron al centro para visitar la iglesia y orar. Posteriormente, en el Bistro, entablaron una conversación con un guía local que les aconsejó retrasar la ascensión al Mont Blanc debido a las nevadas de los días anteriores. «Ayer fallecieron un alpinista suizo y el guía que lo acompañaba en la Aguja Verte», añadió.

Martes, 14 de julio de 1953

El grupo sale de las tiendas de campaña a las seis de la mañana y opta por posponer la ascensión al Mont Blanc, siguiendo el consejo del guía local. Animados por el buen tiempo, deciden dirigirse al refugio de Couvercle para aclimatarse. Una vez allí y después de almorzar, se lanzan con entusiasmo a escalar la Aguja de Moine. Debido a las dificultades que se presentan durante la ascensión, el grupo se divide en dos cordadas. Posteriormente, en un acto de prudencia, al comprobar que no disponen de tiempo suficiente para finalizar la escalada, deciden regresar al refugio. Esa noche, establecen la Aguja de Triolet como objetivo para el día siguiente.

Miércoles, 15 de julio de 1953

La jornada comienza temprano para los ocho alpinistas, que se levantan a las tres de la madrugada. Después de desayunar, emprenden la ascensión de la Aguja de Triolet. A pesar de las dificultades encontradas, divididos en dos cordadas, todos logran alcanzar la cumbre con éxito. Sin embargo, durante el descenso, Carmina sufre el impacto de un trozo de hielo que le causa un hematoma en un ojo.

De vuelta en el refugio, el grupo recibe felicitaciones de otros montañeros presentes. Aunque el entusiasmo por el logro les impulsa a considerar la posibilidad de escalar la Aguja Verte al día siguiente, la influencia del buen tiempo prevalece y deciden regresar a Chamonix para comenzar el asalto al Mont Blanc.

Mont Blanc diario de una tragedia
El grupo en la Aguja de Triolet
Jueves, 16 de julio de 1953

Hervías, quien padece de conjuntivitis, Carmina, aún lidiando con las secuelas del golpe en el ojo, y Julio Casal deciden tomarse un día de descanso en Chamonix para recuperarse. En un principio, el resto de sus compañeros optan por esperar y realizar la aproximación todos juntos al día siguiente. Sin embargo, horas más tarde, después de la comida, Bacigalupe, Besga, Peciña, Ugarteche y Yanke cambian de opinión y deciden iniciar la ascensión al Mont Blanc.

Viernes, 17 de julio de 1953

Hervías, Carmina y Julio Casal inician la marcha con el objetivo de encontrarse en el refugio de Gouter con el resto del grupo. Sin embargo, la meteorología da un giro cuando alcanzan el refugio de Tete Rousse, llevándolos a detenerse y comer antes de continuar la ascensión. Pasan las horas y los relámpagos persisten en el exterior. La situación meteorológica, sumada al consejo del guarda, un guía y varios montañeros, los persuaden de no continuar y optan por pernoctar en Tete Rousse. A las 5 de la tarde, una cordada inglesa llega al refugio y confirma que Bacigalupe, Besga, Peciña, Ugarteche y Yanke se encuentran en Gouter.

Sábado, 18 de julio de 1953

Enrique Bacigalupe Aguirre, líder de la Escuela de Montaña del Frente de Juventudes de Vizcaya, junto con Alberto Besga Gallego, José María Peciña Azanza, director de la revista Pyrenaica, Carlos Ugarteche Portales y Manuel Yanke Begoña, parten del refugio de Gouter a las seis y media de la mañana. Envueltos por la niebla y casi perdidos, llegan a las 8:45 al refugio de Vallot, donde se encuentran con cinco montañeros, entre ellos Lionel Terray, quien les advierte sobre la inminente amenaza de mal tiempo y les desaconseja continuar la ascensión.

A pesar de las advertencias y el consejo de Terray, el grupo decide arriesgarse y seguir adelante con el sueño de alcanzar la cumbre. Apenas cien metros más allá, el fuerte viento derriba a Besga, y el frío penetra a través de sus manoplas de lana. En ese momento, toma la decisión crucial de regresar al refugio para evitar la congelación de sus dedos. Con la visión de los cuatro compañeros ascendiendo por la Grand Bosse y avanzando entre la niebla, Besga ve a sus camaradas desaparecer en la distancia.

Más abajo en la montaña, la meteorología no permite a Hervías, Carmina y Julio Casal salir del refugio de Tete Rousse hasta las 8:30. A pesar de las dificultades de la montaña, es el fuerte viento lo que más les ralentiza. Después de más de cuatro horas de ascensión, llegan al refugio de Gouter pasado el mediodía, justo cuando comienza a nevar.

A las dos de la tarde, la preocupación comienza a apoderarse de Besga respecto al paradero de sus compañeros. Pierre Tairraz, francés, y Bill Dunaway, estadounidense, decidieron salir a las 15:30 en busca de los cuatro montañeros españoles. Noventa minutos más tarde, regresan al refugio cubiertos de nieve y sin noticias de los desaparecidos.

En el refugio de Gouter, el tiempo transcurriría lentamente mientras el temporal intensificaba su fuerza. La falta de noticias empezaba a generar impaciencia entre los españoles, quienes compartían sus preocupaciones con el resto de montañeros allí presentes.

Domingo, 19 de julio de 1953

Alfonso Hervías Vázquez, Carmen Sánchez Ereño y Julio Casal Solar inician su ascenso desde Gouter a las 6:45, siguiendo a dos cordadas francesas. Antes de llegar a la Dome de Gouter, Carmina sufre un tropiezo y pierde su piolet. En las cercanías de Vallot, Alberto Besga sale a su encuentro y les informa que no ha tenido noticias del resto de los miembros de la expedición desde hace 24 horas.

Después de diversas deliberaciones, una cordada francesa decide partir hacia la cumbre, seguida por Lionel Terray, junto con otro guía. Finalmente, Casal, Besga y Hervías forman cordada para subir en busca de sus compañeros, mientras Carmina se queda en el refugio. Una hora y media más tarde, lograrán alcanzar la cumbre del Mont Blanc, pero el viento y la nieve han borrado toda huella de Bacigalupe, Peciña, Ugarteche y Yanke.

Desconcertados por la falta de rastro de sus compañeros, Besga, Hervías, Carmina y Julio descienden rápidamente de la montaña, llegando a Bossons a las 20:45. La cordada francesa les proporciona transporte en automóvil hasta Chamonix. Después de buscar a sus compañeros en el campamento y en el refugio de Biolay sin éxito, a las 21:30, informan a la Gendarmería, que a su vez comunicó al Bureau des Guides la emergencia. Este momento marca el inicio de la respuesta oficial ante la desaparición.

Lunes, 20 de julio de 1953

El guía jefe dispone una cordada para la misión de rescate compuesta por los guías Robert Fontane, Robert Payot y Roger Simon, quienes parten de Chamonix a las 3:00 de la madrugada. Tras una intensa jornada, a las 21:00, el equipo de rescate regresa con la trágica noticia: los cuatro montañeros españoles han sido hallados sin vida cerca de la Rocher de la Tournette.

Enrique Bacigalupe, José María Peciña, Carlos Ugarteche y Manuel Yanke se desviaron quince metros de la arista, hacia la vertiente italiana, buscando refugio del fuerte temporal que los azotaba con vientos de 150 kilómetros por hora y temperaturas de 20 grados bajo cero. Encordados y asegurados por el piolet, la nieve y el granizo cubrieron sus cuerpos para dormir el último sueño.

Repercusión social

La tragedia conmocionó al montañismo español de la época y dejó una huella profunda en la sociedad. Ángel Sopeña Orueta, vicepresidente de la Federación Española, asumió la responsabilidad de coordinar la repatriación de los cuerpos y fue un impulsor clave del monumento de Besaide. Inaugurado el 30 de octubre de 1955, este monumento se ha convertido en un lugar de memoria y homenaje.

Desde entonces, cada tercer domingo de septiembre, cientos de montañeros se reúnen para rendir homenaje y honrar la memoria de los compañeros caídos. Este acto anual no solo sirve como recordatorio de la tragedia en el Mont Blanc, sino que también representa el respeto dentro de la comunidad montañera.

Mont Blanc diario de una tragedia
Yanke, Ugarteche, Hervías, Bacigalupe, Julio Casal, Besga, Carmina y Peciña. Fotos: Club Deportivo Bilbao